viernes, 16 de enero de 2009

Empresas recuperadas: Una aproximación crítica




Por Nicolás Cogorno, colaborador especial desde General Rodríguez

Si nuestra sociedad no hubiese sufrido los niveles de agresión que sufrió como consecuencia de las políticas de concentración y apropiación del capital impulsadas desde el estado (y a las que lamentablemente dieron su consenso amplios sectores sociales, incluso de quienes padecieron sus efectos) con despidos masivos y cierres generalizados de unidades económicas, no habrían surgido las empresas recuperadas como un fenómeno extendido o que viéramos como algo inédito un acto obligado por la necesidad, una forma de supervivencia en medio de una coyuntura caracterizada por la desocupación (uno de cada tres adultos) y la falta de ingresos de amplias capas de la población (principalmente trabajadores, pero también de fracciones medias comerciales, profesionales, productivas). Primera condición: no hay empresa recuperada si primero no hay una empresa cerrada y abandonada.
S in una organización promoviendo esta forma de actuar como un modo de protesta, sin un conocimiento previo entre los integrantes de los diferentes intentos, sin mayor difusión que diera a conocer razones y resultados que alentaran este modo de actuar cientos de trabajadores apoyados por la comunidad que rodea a cada empresa cerrada y abandonada ingresan a ellas con el fin de ponerlas en marcha. Segunda condición: hay empresas recuperadas porque hay miles de voluntades dispuestas a trabajar y no hay fuentes de ingreso.
El nexo que une a trabajadores de distintos ramas, oficios y lugares que realizaron tantos intentos de recuperación de sus fuentes de trabajo, es la necesidad y la posibilidad que están unidas por su experiencia laboral en la empresas cerradas y abandonadas. Tercera condición: la reaparición de conciencia colectiva, agotada ya la búsqueda individual para encontrar una solución en medio de una recesión generalizada.
Al no contar con recursos ni con reconocimiento legal; la resistencia, el ingenio y la solidaridad popular permitieron que ni las patronales (que se fueron sin pagar salarios ni deudas) ni el gobierno (que aplicó una política antipopular) volvieran a echar a los trabajadores y, al mismo tiempo, suplieron la falta de fondos para poner en marcha cada emprendimiento. Cuarta condición: la presencia popular en cada intento de recuperación de las fuentes de trabajo.
Estas condiciones generales son particularidades de una nueva forma de acción popular surgidas de una situación de agotamiento, de crisis en lo político, social, económico y cultural en una Argentina vaciada de recursos y de estos concentrados en pocas manos. Es una práctica que nace antes de las jornadas de diciembre del 2001 y en un sentido paralelo a otras experiencias populares surgidas en esos años. La necesidad, la emergencia de la supervivencia es el elemento básico presente como motor de las acciones que se engloban como empresas recuperadas.
No podemos dejar de tener en cuenta algunas cuestiones que hacen a las diferencias entre las recuperadas; hay empresas vaciadas (empresarios que cometieron delito económico) y otras que quebraron por consecuencia de la recesión; algunas se encuentran en condiciones relativas posibles para su pronta puesta en marcha y otras con serias limitaciones para avanzar; hay diversidad de puntos de vista en cada experiencia y entre ellas, por lo tanto, diferentes formas de encarar acciones practicas, de organización interna, de relación con la sociedad y la política, de búsqueda de respuestas necesarias del estado, etc..
Del idilio inicial a la convivencia cotidiana, las empresas recuperadas nos muestran una diversidad de experiencias que debemos considerar en rasgos generales para sacar algunas conclusiones que nos permitan saber si esta forma de acción popular tiene o no futuro por su propia mecánica y por las condiciones generales y límites que impone el sistema a las demandas populares. Si desde el principio la reacción inmediata de las patronales y del estado (justicia, policía, ejecutivo) fue recurrir a la violencia con el desalojo y la denegatoria a las justas demandas laborales, esto no cambio con el paso del tiempo porque por ej. : hoy hay una orden de desalojo contra los trabajadores (noventa) de INDUGRAF sin que se les abonen deudas salariales, con el riesgo que la empresa sea vaciada por la patronal y termine todo en una quiebra fraudulenta, aquí están dados en forma pura los mecanismos de enriquecimiento típicos de un empresariado parásito, acumula ganancias fáciles y traslada a los trabajadores, la sociedad y el estado las perdidas.
Si los trabajadores y la comunidad resistieron la represión y solidariamente impulsaron el reclamo por el derecho al trabajo y un reconocimiento jurídico a esta nueva realidad, la empresa recuperada, la situación de crisis limitó el uso de la violencia y llevo al estado a una posición de diálogo con las recuperadas que resulto en leyes de expropiación (provisorias o definitivas), subsidios, créditos, compra de productos y hasta su reconocimiento como una forma más de aporte al crecimiento de la economía y la recuperación de las fuentes de trabajo, todo sin dejar de actuar siempre para evitar que este tipo de experiencia se extienda y resulte ¨exitoso¨ según las medidas del sistema pero sin cumplir con las reglas del mismo.
Bueno es saber y difundir que hay numerosas experiencias –algunas conocidas y otras no tanto como lo deberían ser- que se consolidaron obteniendo respuestas adecuadas por medios solidarios para beneficio de sus integrantes y de la sociedad a la que trasmiten su solidaridad, Estas y otras que no pasan por buenos momentos, pero se sostienen sin romper con los principios originarios (como todos tienen sus altibajos pero sin caer en inmundas traiciones) abrieron en sus comienzos las puertas de las empresas a la vida social y así las mantuvieron con actividades culturales, educativas, de salud y de solidaridad con todos aquellos que la requieren en defensa del trabajo, el medio ambiente, la justicia, etc..
Desde aquel panorama inicial, pasando por este presente y considerando el futuro -un tanto oscuro- que nos presentan los poderosos del mundo, la novedad deja de ser tal para ser parte de una realidad permanente. Este año se produjeron nuevas experiencias, ya es como las huelgas o las marchas una medida socialmente reconocida, valida por los fines que persigue y por la trayectoria de lucha y solidaridad que lleva en su mochila, por eso, si se sabe de nuevos intentos debemos –sin caer en posturas idílicas- prestar nuestra ayuda, estar ahí comprometidos con la lucha por un cambio de esta realidad injusta, porque aun cuando no se tenga conciencia del grado de cuestionamiento implícito en cada empresa recuperada es una muestra de que la sociedad tiene respuestas positivas, no egoístas para salir de las crisis del capitalismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario